He pasado unas semanas totalmente atascada. Atascada física y mentalmente hablando. Con dolor muscular, congestión nasal, estornudos, dolor de cabeza… en definitiva he tenido un “resfriado común”. Y es entonces cuando pienso: SALUD, divino tesoro.
La Organización Mundial de la Salud define el término salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.“ La cita procede del Preámbulo de la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946. La definición no ha sido modificada desde 1948.
Este estado de incompleto bienestar que he tenido ha coincidido con la celebración durante estas semanas de dos eventos relacionados con la salud:
- El 10 de octubre se celebraba el Día Mundial de la Salud Mental (DMSM).
- El 20 de octubre el Día Mundial de la prueba de VIH.
Los dos: enfermedad mental y VIH/Sida son estados de incompleto bienestar. Y los dos llevan asociada una palabra: ESTIGMA. Ejemplos de esta relación son, por un lado, el lema que el movimiento asociativo FEAFES, confederación española de agrupaciones de familiares y personas con enfermedad mental, escogió para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental este año 2014: “Abriendo mentes. Cerrando Estigmas”; y por otro lado, la temática del “estigma”, recurrente en los talleres de “Afrontamiento del Estigma” organizados a través de Omsida dirigidos a los afectados por la enfermedad.
Erving Goffman [Estigma: la identidad deteriorada (1963)] definió el concepto de “estigma” como una marca, una señal, un atributo profundamente deshonroso y desacreditador que lleva a su poseedor de ser una persona normal a convertirse en alguien «manchado». El estigma es una marca que implica que en el momento que una persona tiene esa marca o señal, automáticamente la relacionamos con una serie de disposiciones personales negativas, lo que produce miedo u odio en el resto de la sociedad por lo que estas personas son excluidas moralmente de la sociedad.
En resumen, esta es la situación: Una persona enferma, por el simple hecho de padecer una enfermedad mental o VIH/Sida, es estigmatizada, etiquetada (estigma declarado). Pero además, una de las consecuencias más graves de esta etiqueta discriminatoria asignada por la sociedad, es que a nivel individual, en estas personas se genera un autoestigma (estigma internalizado) una interiorización de las creencias negativas hasta el punto que las asumen como verdaderas y pierden la confianza en sus capacidades para llevar una vida normalizada.
A través de este blog, intento acercar ideas y proyectos en positivo, cuando te enfrentas a situaciones de discriminación social tan evidentes, es cuando se hace más necesaria que nunca la sensibilización y la concienciación a la población general. Y es entonces cuando surge la pregunta… ¿Y qué puedo hacer yo? Pues podemos…
- empezar por nosotros mismos… reflexiona un momento sobre tus pensamientos y tus actitudes personales… ¿pones etiquetas y estereotipos a las personas que padecen estas enfermedades?
- el desconocimiento lleva a opiniones erróneas… infórmate sobre las enfermedades, los avances médicos, la educación es fundamental. Y el siguiente paso es ayudar a difundir ese conocimiento, compártelo.
Son dos simples gestos que pueden empezar a ayudar a “luchar contra el estigma” que estas enfermedades llevan asociadas. El primero es muy personal… ahí os dejo esa tarea. Para el segundo… os puedo ayudar un poco más:
- Os aconsejo que conozcáis la página web de FEAFES, la confederación española de agrupaciones de familiares y personas con enfermedad mental, y en particular: ASAPME (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental) una entidad impulsada por un grupo de familiares de personas con enfermedad mental que lleva más de 30 años trabajando por la integración en la sociedad de las personas con enfermedad mental a través de un abordaje bio-psico-social.
- También la web de CESIDA la Coordinadora Estatal de VIH y Sida, y en concreto la asociación Omsida para la ayuda a personas afectadas por VIH/SIDA de Aragón, que además de prestar atención psicosocial a las personas afectadas y a sus familias, apuesta por trabajar la prevención y la sensibilización de la problemática del VIH/sida desde el año 1993.
Y llegados a este punto, vuelven a mi mente las palabras: SALUD, divino tesoro. Por cierto, mi refriado común ya está en las últimas…
Pero qué grande eres Pilar… y mejor persona….
Me encanta este espacio tuyo que compartes con los demás. Espero que llegues a mucha gente…
Gracias Belén por tus palabras, y gracias por pasearte por este espacio de sonrisas, la tuya es fabulosa… sigue compartiéndola como hasta ahora.